La plataforma que ha crecido gracias a los likes de los más pequeños resulta que los está matando a disgustos. Pero a estas alturas no parece haber otra opción…

Hace apenas unos días nos posicionamos contra en el asunto de menores españoles bombardeados con publicidad muy tendenciosa. En este caso, por parte de una compañía de moda australiana (en lugar de explicar todos los detalles de las artimañas para conseguir que nuestros menores compren y hagan comprar a sus amigos, os dejamos abajo unas imágenes muy explicativas).

Los niños son adulados, se les hacen unos cuantos ‘deep likes’ (likes en publicaciones viejas que demuestras ‘profunda’ admiración en lenguaje ‘instagramero’). Se les lanza un mensaje MUY cariñoso lleno de emoticonos. Si reaccionan, se les promete la fama para convertirlos, sin que se den ni cuenta, en clientes engañados y promotores que manipulan a sus propios amigos. O sea, que por un lado están totalmente desprotegidos frente a estas prácticas por parte de la plataforma. Facebook ha prometido cambios radicales a tres años vista pero sabe que ha de dar golpes de efecto inmediatos para influir sobre la opinión pública y conseguir desviar la atención. El problema es que las soluciones que podría aplicar de manera efectiva no solo requieren gran inversión si no que levantarían aún más desconfianza. Sinceramente, creo que Facebook está realmente preocupado por aplacar el alarmismo de los políticos y lo hará a costa de sus beneficios, del grado de satisfacción de los usuarios o de lo que sea necesario. Después ya tendrá tiempo de reconciliarse con sus seguidores. 

¿Es esto ‘responsabilidad’ de IG? Aunque los usuarios hayan mentido respecto a su fecha de nacimiento para poder crear sus perfiles, lo hemos consentido. Unos y otros. Y nadie ha previsto herramientas para controlar este desmadre online. Para Instagram es un problema por que lo cierto es que sucede bajo su techo y parece que aunque ahí no llegan nuestras leyes, sí que se les pide responsabilidades y no están preparados para afrontarlas. Así se da el progreso: cuando hemos de evolucionar para poder dar respuestas a preguntas que nunca antes se nos habían planteado.

El disgusto mayúsculo ha ocurrido hoy. Instagram, para adaptarse a la Normativa Europea (que entra en vigor el próximo día 25), a enviado a todos los menores el mensaje reclamando que indiquen su edad para poder acceder. Si se dan cuenta de que son menores, la cuenta se les bloquea inmediatamente y solo les quedan dos opciones:

1-Resignarse y bajar los datos

2- Enviar DNI o carnet de conducir en color donde se vea bien el nombre y la fecha de nacimiento que acredite que son mayores de edad

Es decir, que una niña de 13 años que lleva desde los 7 ‘cultivando’ su feed y creando comunidad con sus amigos, de pronto recibe la noticia de que es rechazada por su plataforma favorita. Y sucede sin explicación alguna, sin un gesto agradeciendo por la contribución y sin opción a conservar sus seguidores. La cuenta está bloqueada, y en 14 días SERÁ ELIMINADA.  

Dado el valor social de sus redes, no me parece una solución justa para ellos, de la misma manera que me parecía intolerable que les bombardeasen con publicidad manipuladora usando sus contenidos como arma de seducción sibilina. ¿Lo peor? TODOS los niños tienen cuentas secundarias que ocultan a los adultos. Esta vez no cometerán el error de ser sinceros y darán una fecha de nacimiento falsa, de modo que no hemos solucionado nada y hemos dado una lección fatal: si no mientes, pierdes.

En nuestras redes los niños son usados y abandonados sin reparos. Siguen desprotegidos frente a las acciones comerciales, frente a los acosos y ahora vemos que también desprotegidos emocionalmente: ya no solo pueden recibir criticas o perder seguidores, ahora la propia plataforma les rechaza por ser lo que son: niños. 

Lo cierto es que estos acontecimientos son hitos históricos en la breve historia de las Redes. Los Estados y las organizaciones internacionales están incidiendo sobre el destino de las plataformas digitales. Las acciones de hoy se deben a las duras palabras del ministro  británico que señaló que los niños están expuestos a los dañinos efectos secundarios emocionales de las redes sociales’ de manera prematura, y que, aunque se consiga hacer dentro de los limites legales,  es un problema que no se puede seguir ignorando . El Ministro se postuló en contra de que los menores de 13 o 14 años participen en las Redes Sociales pero en ese momento no pensamos que esta indicación se traduciría en una acción tan drástica como la de hoy. 

Statista obtuvo esta distribución por edades de los usuarios de Instagram en Europa en el 2018 (hay que tener en cuenta que los niños ‘se ocultan’ tras perfiles con fechas de nacimiento que los hacen aparecer en la franja 13-24 años que según esta curva suman nada menos que un 40% aprox del total.  

Mr. Facebook ha creado un medio impresionante pero que aún no sabemos ni usar ni controlar. Me temo que estamos en la linea de ‘atar las manos’ al creador del monstruo. Si los creadores de Facebook pueden hacer lo que quieran, mal. Pero ¿qué pasa si les limitamos el uso de las únicas herramientas conocidas que podrían llegar a controlar una masa tan enorme de contenidos? Si la fobia a las herramientas de AI (Inteligencia Artificial) se consolida, quizás estemos matando la única via realista para controlar y proteger en las redes sociales.

Reconozcámoslo: las grandes marcas dedicadas al target infantil y familiar, con todos sus aciertos y errores, normalmente han sido respetuosas con la ley que protege al menor. Incluso han ido más lejos y se han auto-regulado supeditando sus contenidos al criterio de organizaciones de autocontrol.

Quizás en esta ocasión el of line tiene mucho que enseñar al online. Las Marcas tradicionales siempre han tenido presente que, al final, hay una persona al otro lado (bueno, no siempre pero ya me entendéis) mientras que parece que muchas compañías de ecommerce solo ven leads, prospects y ventas a cualquier precio.